“El derecho propone protección a una persona, pero la infracción propone destrucción ?… ”
POR: YURICO MEDALYT CONTRERAS ORTIZ
Sin lugar a duda, todos contamos con la protección de nuestro sistema jurídico, partiendo de nuestro Derecho Interno que protege y se establece en
No podemos olvidar la época de la crisis mundial donde las guerras tomaron su mayor auge, la lucha por la liberación económica social, la imposición radical de nuevas ideologías de nuevos partidos políticos, del ensanchamiento de la burocracia, de la toma de poder de altos mandos militares, de las desiciones que estos tomaban en aras de la productividad de su país y nunca de el desarrollo del ser humano; EL PODER, la discriminación, formula para que se haya desatado tan penosa destrucción.
Muchas veces, dar atribuciones facultades a un ser humano a fin de velar por su entorno, hace que pueda convertirse en lucro, una ambición desmedida que vulnera a los demás, optando por la sangre de los mas débiles que por su evolución.
Recordemos el GENOCIDIO DE RUANDA un genocidio perpetrado en el lugar de Ruanda en 1994 por parte de facciones de hutus, sobre tutsis y hutus moderados, muchos dicen que el genocidio estuvo bien planeado, siendo que en el momento del inicio de la matanza la milicia estaba compuesta por 30.000 personas, muy bien organizados, cargados con armas, granadas que fueron fácilmente adquiridas.
Podemos hacernos una pregunta ¿Que motivo a estas personas a cometer tal “abominación”? Me pregunto: ¿Realmente lo querían?
Siento un profundo escepticismo al hacerme creer que simplemente no querían hacerlo.
Es verdad que para algunos la financiación económica se agudiza en los bolsillos de las personas por lo que para algunos le es imprescindible, lo cual no lo justifico, y para otros es símbolo del Poder fallido, pero que hay de tu compañero; la misma raza humana es la que se destruyó asimisma; el genocidio no fue sólo de carácter étnico sino también político.
Debemos rescatar que este genocidio fue de algún modo financiado, bueno no es todo, pero algo; con la ayuda de programas internacionales, tales como el FMI (Fondo Monetario Internacional), se estima que gastaron 134 millones de dólares en la preparación del genocidio, se dice que uno de cada tres varones hutus ha tenido un machete nuevo.
Más de 800.000 personas fueron asesinadas y casi cada una de las mujeres que sobrevivieron al genocidio fueron violadas. Muchos de los 5.000 niños nacidos fruto de esas violaciones fueron asesinados.
De esta masacre milagrosamente y gracias a algunos periodistas y a los llamados cascos azules algunos pudieron escapar de esta destrucción.
Probablemente, nunca llegara a saberse el número exacto de victimas pero oscilan entre 800.000 y 1.000.000, los cuales equivaldrían aproximadamente al 11 por ciento del total de la población y 4/5 de los tutsis que vivían en el país. Tampoco se sabe cuántas víctimas ha provocado la venganza tutsi. Aunque se habla del "otro genocidio", parece que no es en absoluto comparable.
Es así, que en marco de esta grave situación, que muchos de los países vecinos no querían afrontar los denominaban “Actos de genocidio” para escaparse de la intervención de las fuerzas militares y su implicancia.
Por lo que el 8 de noviembre de 1994, por resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y en virtud de lo dispuesto en el Capítulo VII de
El Tribunal creado por
El funcionamiento de
Siendo que el tribunal rwandés ha iniciado centenares de procesos en contra de inculpados de cometer graves violaciones a los derechos humanos, constituyendo hasta la fecha más de 700 personas condenadas por los tribunales culpables de genocidio.
Muchas de las victimas testigos, no han querido atestiguar en contra del acusado en el tribunal, puesto que la protección es mínima para ellos, si bien es cierto existen políticas que protegen al que se presenta como testigo, estos no son cumplidos como debería de hacerse, pues estamos hablando de un grado de desigualdad frente a los poderosos anti-éticos que con la fuerza o coacción logran sus objetivos de muerte; por ello, muchos han tomado valor porque sienten cual es el sinónimo de justicia, justicia que debería ser para todos y no solo para algunos.
Muchos privilegios podríamos encontrar, puesto que el que no tiene dinero para pagarse la defensa recurre a los abogados mismos del tribunal, los cuales estudian el caso con los acusados, siendo que el que tiene más medios económicos, puede acceder a una firma más grande y probablemente su libertad.
El TPIR está integrado por tres órganos: las salas, el fiscal y la secretaría
Gracias a la instalación relativamente rápida de su oficina en Kigali, el fiscal pudo tener acceso privilegiado a numerosos testimonios, así como a informaciones de diversas procedencias gubernamentales, incluso a documentos recopilados por las Naciones Unidas o por organizaciones no gubernamentales presentes, el año 1994, en Ruanda. No obstante, el acceso a la información y a la documentación es, en sí mismo, insuficiente y, para ser eficaz, debe enmarcarse en una estrategia debidamente determinada. Ahora bien, el fiscal, cuyos recursos siguen siendo hoy limitados, no disponía en el pasado de la infraestructura ni del personal necesario para el procesamiento y el análisis de la información. Por citar un ejemplo, el fiscal recibió copia de las grabaciones de emisiones difundidas en Ruanda, el año 1994, por «Radio Televisión Libre des Milles Collines», conocida con la sigla RTLM, de las cuales algunas contienen, según parece, actos de incitación directa y pública para cometer genocidio. Sin embargo, pasó bastante tiempo antes de poder conocer el exacto contenido de esas grabaciones por falta de medios para transcribirlas y traducirlas.
La creación de los Tribunales Internaciones ha suscitado una serie de controversias puesto que imparte justicia ad-hoc, que en mayoría de casos contradice principios procesales de un derecho en particular del derecho interno, configurándose dentro de un marco de garantía para el acusado.
En conclusión, este ha sido creado para proteger al ser humano en conflictos bélicos como internos, propiciando sobre todo la reconciliación para poner fin a la impunidad, asimismo, lograr la unificación y respeto de los derechos fundamentales de los demás.
Gracias